Syntax error: Introspección.

Cuando pierdes un lápiz, pues compras otro (lo tomas prestado indefinidamente de tu amigo), y listo, no te quedas sin lápiz.

Ahora ¿Si me pierdo?, no hablo de un espacio terrenal donde tengan que poner carteles con mi cara, hablo más de un aspecto personal, interno, perder la esencia de mi ser. No puedo ir a robarme la personalidad de otro, aunque quisiéramos y tengamos que fingir, es inútil.

Hay un punto en la pubertad donde nos damos a querer encajar en algún sitio social; ya sabes, cuando pasaste la fase emo, hipster, sin contar de las que quedaron marcadas en fotos de retrica, que a día de hoy miras y te das vergüenza.

Pero al último, echas un vistazo y ya no te reconoces, te gusta de todo y de nada a la vez, los grupos sociales a los que perteneces son reducidos a los 3 amigos con los que te sientes cómodo.

Pero llega la noche, donde el insomnio te envuelve sin tener presión, estrés, o alguna pregunta ridícula que logra tenerte despierto, ahora la razón es ese vacío emocional de no saber quién eres más, no es por haber madurado, no es cuestión de gustos pasados, se trata de que internamente te sientes mal, extrañas reír, extrañas esa tranquilidad que sólidas tener, divertirte sin prisas y disfrutar momento. Ya nada te sorprende, puedes ver a un niño caer en la calle y no estallas en risas internas hasta ponerte rojo de evitar soltarlas.

Hay un error de sintaxis en tu vida, el cual se produce cuando viviste una situación en donde te hicieron sentir mal contigo, cuando intentaste encajar con personas y dejaste de lado algo que te gustaba y a ellos no; como sí realmente valiera la pena.

Dicho error te ha impedido ver que realmente esas situación solo acaban con tu estabilidad emocional, con tu real carisma, te impiden ser feliz y sentirte cómodo, te impiden sentirte tú.

Y no lo entiendes, es complicado, pero tampoco los que te rodean entienden que cambiaste por culpa de lo que otros te hicieron sentir. Bien, creo que fallamos con la promesa indirecta de tu vieja amiga en el colegio «vales mil, nunca cambies», sigue siendo cuestión interna y no de gustos ó madurez.

¿Qué has dejado de hacer que te ponía feliz, qué abandonaste como pasatiempo para relajarte?

¿Te extrañas?

Introspección…

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